Vamos a estudiar ahora uno de los primeros portulanos mallorquines: El portulano de Dulcert.
Autor: Jose A. Hurtado
Portulanos mallorquines (primicia absoluta) I
Lo que voy a explicar ahora es una absoluta novedad, nadie sabe todavía que es un portulano, como se navegaba con ellos y mucho menos como se medía sobre ellos, loa «expertos» llevan más de un siglo estudiando el tema y no lo han logrado revolver.
Yo lo he aprendido de alguien a quien consideran un comerciante lanero nacido en Génova, extraña pues sus conocimientos sobre la cartografía mallorquina que todavía no han logrado descifrar cientos de expertos. A ver si es posible, de una vez, eliminar de la Historia ese fantasma inventado por los Católicos, su familia y los historiadores que han sido simples altavoceros de todos ellos.
Ansí que cada grado que está en esta dicha carta, responde catorce leguas y un sexto.
Colón ha enviado a los Católicos el mapa que estos le habían solicitado, y con el mapa remite una carta en la que explica como deben de leer el mapa.Recordemos lo que en el Diario escribió Colón:
«… tengo propósito de hacer carta nueva de navegar, en la cual situaré toda la mar y tierras del Mar Océano en sus propios lugares, debajo su viento…»
Así que Colón en la «carta» que titula este post se refiere a la carta de marear que envía a los Reyes; y como además también afirma:
«… leguas de 4 millas, de las que se usan en la mar…»
El Primer Viaje, realidad y fantasía.
Desde el retorno de Colón a Castilla, hasta hoy mismo, a ese Primer Viaje se le ha añadido más cuento, novelería e imaginación que al «viaje al centro de la Tierra» o el «viaje a la Luna» ambos, relatos de Julio Verne; voy a tratar de ceñirme estrictamente a los hechos contrastados y documentados para dejar de un lado las aportaciones fantasiosas.
Las naves salen de Palos (según el Diario el 3 de agosto, pero ya he demostrado que el Diario es falso) en demanda de Canarias para desde la Gomera con la ayuda del alivio y de la corriente de Canarias comenzar su travesía.
La encerrona de Palos.
El 30 de abril de 1492 lo más importante para organizar el viaje a las Indias quedaba resuelto por parte de los Reyes merced a las reales pragmáticas firmadas, y fundamentalmente la orden a los vecinos de Palos para que pos su cuenta proveyesen, dos naves, las dotasen y enrolasen al personal necesario.
Los vecinos de Palos y Moguer así como los de Ayamonte y todo el litoral onubense, tenían pleitos con los portugueses desde tiempo inmemorial, pleitos que se recrudecieron en las guerra castellano-portuguesa por las Canarias que acabó con el tratado de Alcaçovas que desterraba a la Beltraneja y reconocía como reina de Castilla a Isabel I, hermana de Enrique IV, así que enviar a Palos para comandar una flota de gentes de la zona a alguien con un acento portugués que tiraba de espaldas por muy genovés que dijese ser, no parecía la mejor de las ideas.
Historias… ¿Historia?
En agosto de 1484 es elegido papa el cardenal genovés Giovanni Battista Cybo, que tomaría el nombre de Inocencio VIII y dedicaría casi los tres primeros años de su pontificado a organizar una cruzada contra el turco.
Al año siguiente un «lanero genovés» aparece por Castilla intentado ser presentado a los Reyes con el cuento de un viaje al Oriente por el Occidente. El 20 de enero de 1496 uno de los asesores de más peso en la Corte, que asesoró a los Reyes (o a uno de ellos, al menos) que ha pasado a la Historia por su disfraz: Fray Juan Pérez, presenta a Colón en el solio, y lo que éste ofrece es un viaje a las Indias que permitirá la reconquista de la Casa Santa (Jerusalén)
Las barbas del vecino.
Colón al final de su primer viaje escribió tres cartas; una a los Reyes, la segunda a Gabriel Sánchez, tesorero de la Corona de Aragón, y la tercera a Luis de Santángel que adelanto el dinero para que fuese posible realizar el viaje. Teóricamente las cartas fueron enviadas a sus destinatarios en cuanto Colón puso pie en Lisboa (7 de marzo) y a principios de abril fue publicada impresa en Barcelona, y de todas se fueron sucediendo sucesivas ediciones en las principales ciudades de la Cristiandad. Un maravilloso servicio de propaganda que haría las delicias de cualquier político actual.
Mas o menos el contenido de las cartas es similar, pero yo voy a copiar una frase que es semejante en todas ellas:
La Casa Santa.
Muchísimo se ha escrito sobre la intención colombina de viajar Hacia el Oriente por el Occidente, pero como siempre se ha olvidado lo que el propio Colón escribió sobre el tema:
«… yo creo que se acordarán que aquél buen religioso fray Juan Pérez, el cual inçitó a V. Al. a otras empresas, ansí como a la de Granada y de los judíos, que él y yo venimos a su real solio con esta de las Yndias apropiada para la conquista de la Casa Santa…»
Desde el primer momento el objetivo del viaje a las Indias era la conquista de la Casa Santa, posteriormente (en otro texto) añade que los beneficios obtenidos en las Indias se invertirían en preparar un ejército de hombres a pie y a caballo para tal conquista.
Colón, Quis enim es tu
Para saber realmente quién era el cartógrafo escondido tras el lanero genovés tenemos que recurrir al pensamiento medieval, Hernando Colón nos señala al principio de su libro:
«…Porque una de las principales cosas, que pertenecen a la historia de todo hombre sabio, es que se sepa su patria y origen, porque suelen ser más estimados los que proceden de grandes ciudades y generosos ascendientes…»
Colón y la Orden del Temple.
Acabamos de ver como el «Diario» es una sarta de mentiras con el fin de demostrar que Colón iba acompañado de unas tripulaciones de nenazas que temían por nada a la menor ocasión, y que por supuesto fue Colón el primero en llegar a las islas caribeñas y no Martín Alonso como declararon los testigos de los Pleitos, que llego primero a Fuerte Navidad por su codicia en alcanzar el Rio del Oro.
Pero a pesar de ello, el Dario nos ofrece pinceladas que nos pueden hacer reflexionar, como por ejemplo Que la fecha de partida sea el 3 de agosto coincidiendo con los 101 años del asalto al call de Mallorca. Demasiada casualidad cuando hemos visto como Colón manejaba la cartografía mallorquina.