El «Diario de a bordo»

Para entender el «Diario» tenemos que tener muy presente lo que afirmaba Llull

cartografia-colombina_cartografia-colombinaCuando se navega, se mide lo navegado sobre la superficie de la Tierra en leguas de 4 millas romanas que se proyectan sobre la carta como leguas de millas de a 3, y esa proyección se proyecta a su vez sobre el viento de levante y se cuenta lo navegado.

Tenemos entonces que basta con dos coordenadas: el viento de navegación y la medida de lo navegado sobre el viento del Este para conocer la posición de la nave en cualquier momento. Sin embargo, Colón, dice que utiliza tres coordenadas:

«… tengo propósito de hazer carta nueva de navegar, en la cual situaré toda la mar e tierra del mar Océano en sus propios lugares, debajo su viento, y más componer un libro y poner todo por el semejante por pintura, por latitud el equinoccial y longitud de Occidente…»

En la carta utiliza el viento para situar el punto, pero para escribir el libro hace como Ptolomeo un sistema de coordenadas pero con la «longitud de occidente» y la «latitud (distancia) a la equinoccial» en lugar de longitud y latitud de Ptolomeo, y esas coordenadas son las que se ven en la imagen que sigue:

carta-real-01En la imagen vemos perfectamente el significado físico de cada parámetro. Colón dice que el viento lo utiliza en la carta, y efectivamente en el Diario, excepto unos pocos días, la única dirección de navegación que explica es «su camino o vía al güeste»frase de la que no se puede deducir un viento específico, y que no tiene que ser siempre el mismo viento a lo largo de toda la navegación y puede significar el viento que lee de una carta previa.

El Diario tiene dos cuentas numérica, y aunque el transcriptor de la historia afirma que una de ellas es para engañar a la marinería esa historia no es «digerible» por tanto si Colón dio el libro a los Reyes, lo dio de acuerdo a las coordenadas que expresó en la introducción, y una de ellas debe corresponder a la longitud de occidente y la otra a la distancia a la equinoccial.

Pero Colón, en el Segundo Viaje explica:

«… aquí en la Ysabela estamos más distantes de la línea inquinoçial veinte y seis grados que todo es con las islas de Canaria, en especial de la Gomera en un paralelo».

Está claro que el final de su viaje tiene que tener una distancia a la equinoccial semejante a la de la Gomera. La suma arrastrada dio a día de lo navegado da los siguientes valores 1.080 leguas para la cuenta secreta y 790 la pública. Si se sigue a Llull los valores de la carta deben estar en leguas de 3 millas, es decir 20 leguas por grado con lo que tendríamos para la cuenta pública 39,5º nada que ver con los 28º reales de la Gomera o los 26 que estimaba Colón. La cuenta secreta nos de como resultado 54º, valor muy curioso ya que si son grados sobre el ecuador coincide exactamente con Fuerte Navidad, pero es que los 51º sobre el viento del Oeste que nace en la Gomera nos dan 54º en Fuerte Navidad, lo que significa que la cuenta secreta está en grados ecuatoriales y no sobre el viento del Oeste.

Y lo mas importante: el 12 del octubre Colón estaba muy lejos de Fuerte Navidad.

El «Diario de a bordo» es una chapuza totalmente falsa y sin relación con la navegación real por lo que respecta a la cartografía que de él pudiera deducirse.

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