La navegación ¿astronómica? de Colón.

Se entiende que Fernández Navarrete, marino profesional de finales del siglo XVIII, y que recopiló en diversos archivos un gran número de documentos colombinos, optase para el Primer Viaje por una navegación astronómica a lo largo del paralelo 28ºN por muchas millas que le “sobrasen” en su navegación y llegar a la conclusión que Colón utilizó una milla un 11% inferior a la milla romana.

Pero ya no es de recibo que en el V Centenario se siga haciendo la gran hagiografía de esa derrota afirmando su bondad y su certeza, porque ya Colón en la “Carta a Santángel anunciando el Descubrimiento explica”:

“… es verdad que el sol tiene allí gran fuerza, puesto que es distante de la línea equinoccial veinte y seis grados… “

Si Colón hubiese utilizado cualquier instrumento de la época para estimar su posición en latitud nunca hubiese llegado a la conclusión de que la Española estaba en los 26º N, por lo que no navegó calculando la latitud mientras navegaba, un error asimilar esa navegación como astronómica. Más tarde, en la “Relación del segundo Viaje”, también explica:

“… que aquí en la Ysabela estamos más distante de la línea equinoccial veinte y seis grados, que todo es con las islas de Canaria, en especial de la Gomera en un paralelo…”

 Evidentemente es imposible que Colón se refiera a un paralelo como línea en la que sus puntos tienen la misma latitud, y que ni en la Gomera ni en la Española Colón calculó la altura de la polar o de cualquier otro astro, por lo que desde la lectura de este párrafo ya se debería haber desechado el tema de la navegación astronómica.

Aún más, en el “Diario”, el viernes 2 de noviembre escribe:

“… Aquí tomó el Almirante el altura con un cuadrante esta noche, y halló que estaba 42 grados de la línea equinoccial, y dice que por su cuenta halló que había andado desde la isla de Hierro mil y ciento y cuarenta y dos leguas…”

Otro motivo muy fuerte en contra de la navegación astronómica ¿Cuba en los 42º de latitud Norte? Aunque el Almirante no nombra nunca la latitud, si no la distancia a la equinoccial, y se debería haber tenido en cuenta la “Introducción” del “Diario” que dice:

«… y más componer un libro, y poner todo por el semejante por pintura, por latitud del equinoccial y longitud del Occidente…» 

 Está claro, Colón quiere hacer un libro como las Tablas de la “Geografía” de Ptolomeo, pero no por latitud y longitud (coordenadas que él conocía bien) si no por esas otras que hasta que las presenté en el “Congreso del V aniversario de la muerte del Almirante” eran completamente desconocidas.

En la figura tenemos el cálculo de punto de la costa cubana, nos aparecen dos puntos porque nuestro mapa tiene  más precisión que el de Colón, y aparte Colón yerra en el cálculo de la longitud equinoccial, el parte de su coordenada de la «longitud de occidente» y que pone como base del cuadrante trigonométrico que la Gomera está a los 26º N, y no a los 28º N como es la realidad. En definitiva, en su versión original el «Diario» era una tabla, y toda la literatura que con él nos ha llegado puro invento, de ahí que el original entregado a los Reyes nunca haya aparecido.

42o-01

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